Chapter 48: Prólogo: El inicio de una cierta emoción humana — Dark_Princess.
Prólogo: El inicio de una cierta emoción humana — Dark_Princess.
17 de Julio, 03:47 P.M.
Todo había ido bien hasta que este hecho ocurrió.
Desde el momento en que volvió a abrir los ojos en este mundo, esa chica comprendió una verdad absoluta: "Los débiles son prescindibles"
Matar nunca había sido un problema. Si algo la molestaba, lo eliminaba. Si algo le estorbaba, lo destruía. No había espacio para la compasión ni para la duda.
Pero ese humano...
Ese chico de preparatoria lo cambió todo.
A pesar de tener solo 15 años, aquel humano podía enfrentarse a un Espíritu o mago gracias a la habilidad conocida como Imagine Breaker, ubicada en su mano derecha capaz de anular cualquier poder sobrenatural sea magia o poderes esper.
Así es. Ese chico conocido como Kamijou Touma la derrotó y exigió que no destruya el mundo.
¿Destruir el mundo?
Esa decisión era algo irrelevante para ella, pero no podía tolerar que esas palabras vinieran de un humano tan vulgar. Sin embargo, después de ser derrotada reconoció ese resultado y decidió convivir temporalmente junto a él mientras lo observaba.
Según lo que había escuchado, ella tenía una imagen tan similar a lo que fue esa chica de cabello púrpura "Tohka" de hace 3 meses, la misma chica que reconoció finalmente ser un "Espíritu" con el código de "Princess", un día antes de ser asesinada por la AST.
Desde el momento en que Tohka sintió que algo dentro de ella era ajeno a su propia voluntad, la chica que se parecía a "Tohka" comenzó a percibir el mundo como un espectador a través de los ojos.
Debido a la poca información que pudo recopilar ni siquiera se preguntó si ese chico era un enemigo o no y lo atacó con una intención asesina.
Sin embargo...
Después de ser derrotada, sintió la necesidad de escuchar otra vez a ese chico, como si quisiera conocerlo. Debido a eso, no tuvo problema con asumir el nombre de "Tohka", aunque sabia que ese nombre era ajeno a su existencia.
Pero ahora, sus ojos de color púrpura oscuro se posaron en el suelo.
Lo encontró fue la figura de Kamijou Touma, pero también de una chica de cabello blanco plateado vestida con unas piezas metálicas.
(Esa chica...)
Sin embargo, en ese momento.
—Oye, levántate.
La mirada de cierta princesa oscura era fría e inexpresiva.
Pateó el cuerpo del chico llamado Kamijou Touma y se movió un poco.
—Tohka, espera.
Shido trató de detener a Tohka, pero la verdad llegó.
En el suelo, observó la sangre de Kamijou Touma.
Su mirada se movió hacia el arma que estaba a unos metros delante.
Era una pistola que fue usada por esa chica de cabello blanco plateado que parecía ser la atacante.
(Tú...)
En ese instante, la chica de cabello purpura sintió la sensación de querer matarla.
Pero, se volvió hacia el humano estaba muriendo.
Sintió que la respiración era entrecortada, la fragilidad de su cuerpo. Algo dentro de ella gritaba que era natural. Que los débiles mueren. Que ella no debía sentir nada.
No fue capaz mostrar una expresión de indiferencia.
Eso la enfureció.
Porque si él no hubiera aparecido en su vida, si él no hubiera insistido en entenderla, si él no la hubiera mirado de esa forma… ella no estaría dudando ahora.
—Esto es estúpido de mi parte.
De repente, una sonrisa forzada se formó en su rostro.
—No puedo creer que bajara mi guardia y fuera derrotado por ti.
—Tohka.
Itsuka Shido trató de llamar su atención.
De repente, el viento a su alrededor sopló con fuerza haciendo que Shido retrocediera.
(¿Por qué… me molesta esto?), pensó, con los labios apretados.
Ella era un espíritu nacido de un cristal sefirá invertido, sin conocimiento ni interés en las emociones humanas, viéndolas solo como una debilidad en combate. Su naturaleza, centrada en el caos y la destrucción, era su único estilo de vida, y el combate era lo único que la entretenía.
Y, sin embargo....
—No tiene sentido.
Sus palabras eran apenas un susurro hacia sí misma.
Cerró los ojos, pero lo único que encontró fue el eco de recuerdos que no le pertenecían.
Eran fragmentos de una vida en la que Kamijou Touma había estado a su lado.
—No soy esa chica...
Un recuerdo en su mente le bastó para empezar a entregarse a esta nueva mentalidad.
Un nombre. Una sonrisa. Un gesto.
Todo ello la empujaba hacia una verdad que no quería aceptar.
Por un instante, apretó los puños, como si quisiera destruir esa sensación.
—Es solo un humano. Frágil. Insignificante.
—Tohka.
—¡Silencio!
Tohka gritó mientras trataba de sacudir su cabeza como si intentara deshacerse de esas imágenes
Sus ojos volvieron hacia ese chico de pelo negro puntiagudo.
Su pecho subía y bajaba con dificultad, su rostro estaba pálido, y sus manos, inmóviles, parecían aferrarse a algo invisible. En lugar de sentir desprecio, como debería, sintió una punzada en el pecho.
(No debería… preocuparme.)
Sus palabras eran vacilantes, como si quisiera convencerse de su propia indiferencia.
(No sé qué hacer con esto)
Después de tomar un respiro, Tohka se arrodilló junto a él. Con movimientos inseguros, alargó la mano hacia su rostro, deteniéndose a unos centímetros de tocarlo.
En ese momento, su máscara de dureza parecía desmoronarse.
—Tonto… humano.
La frase escapó de sus labios, cargada de emociones contradictorias.
Esta vez no había frialdad en sus palabras. Había resignación, algo que ella misma no terminaba de entender.
Tohka sabía que la vida de un humano era muy corta a diferencia de un Espíritu inmortal.
Ya no había razón para quedarse allí, junto a alguien que, según toda lógica, no debería importarle. Pero sus piernas no respondieron. En cambio, se inclinó más, rozando finalmente su frente con los dedos.
Era cálido. Esa simple sensación fue suficiente para desatar una tormenta en su interior.
Todo lo que había negado hasta ese momento se volvió innegable.
La preocupación que sentía por ese chico no era un error, ni algo pasajero. Era real. Ella estaba experimentando una emoción humana.
—Imposible. Eso… soy yo.
La barrera que ella misma había construido se estaba desmoronando.
—Tonto humano. Has hecho que este monstruo comenzara a tener la voluntad de proteger algo.
Lo levantó cuidadosamente en brazos.
El peso de su cuerpo herido no era nada comparado con el peso de sus propios pensamientos.
(No voy a dejar que mueras)
En ese momento, Tohka comenzó a comprender las palabras de ese chico.
La capacidad de conectar con alguien más. Algo que, hasta ese momento, ella había creído inalcanzable.
"..."
En ese momento, las magas de la AST aparecieron en el cielo.